El obispo de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona), Agustí Cortés, discrepa de las mujeres que defienden el "derecho a decidir sobre el propio cuerpo" y opina que el derecho a la vida prevalece ya que "los fetos no son una parte del cuerpo de la madre, ni pueden considerarse propiedad de ella".
En su carta pastoral que publica hoy la hoja parroquial de la diócesis de Sant Feliu, el obispo argumenta que el feto es un ser humano diferente de la madre y dice que "es evidente que en la jerarquía de derechos prevalece el derecho a vivir que tiene todo ser humano, sea cual sea su fase de desarrollo".
Vale, los hijos no son una propiedad de los padres -es cierto-, luego los fetos tampoco, pero de quién son entonces... ¿de Dios y de la Conferencia Episcopal?... ¡Venga ya de monsergas, Sr. Obispo!
El otro al que también le patina el embrague es el exarzobispo de Sevilla y miembro destacado de la Conferencia Episcopal Española, Carlos Amigo. Este santísimo hombre quiere que se condene a las mujeres que abortan de la misma manera que ocurre con “una mujer que tira a su hijo a la alcantarilla”.
"Estamos más preocupados por los supuestos de despenalización que en el delito. Lo importante no es buscar atenuantes sino evitar el delito. Aborto bajo ningún concepto”.
Y el 'buen' hombre con esta triste comparación se ha quedado tan contento. ¡Vaya por Dios! Será cosa de los calores...