“La Virgen de la Angustias quería que le pusiéramos la medalla aquí, en su casa, en la basílica, porque el día de la procesión… decidió que iba a haber mal tiempo… ha sido una decisión sabia porque esta es su casa”.
No, ni me he vuelto loca, ni voy cogorza, ni estas frases forman parte de un guión de cualquier película de Berlanga. Estas hermosísimas frases las dijo ayer domingo el alcalde de Granada, José Torres Hurtado (PP) al condecorar con la medalla de oro, la máxima distinción que otorga la institución, a la Virgen de las Angustias, la patrona de la ciudad.

Esta, para mi, ridícula decisión de conceder la máxima distinción del municipio a una imagen religiosa fue apoyada por todos los grupos municipales, con la excepción de IU, que votó en contra.
Los más altos rangos representantes del Ejército, de la Policía, de la sociedad civil y de la Iglesia, por supuesto, acudieron a la ceremonia a la que el alcalde calificó como una “fecha histórica para Granada”. ¡Anda que no ha sido 'histórica' ni ná!...
Cada día alucino un poco más y no me queda otra que avergonzarme, una y otra vez, del país en el que estoy viviendo.
1 comentario:
Estamos en la España del PP, es decir 1953, o siendo benévolo en 1963.
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