A Ada Colau, portavoz de la Plataforma PAH -Afectados por las Hipotecas- le llueven todo tipo de críticas desde la derecha más rancia de este país.
Empezaron con el hecho de que esta chica no puede hablar de hipotecas porque vive de alquiler, luego con que su madre trabaja en una inmobiliria -secretaria en la sección de administración de comunidades- y ahora con su loock estudiadamente 'progre'.
Ana Loocking, seudónimo puede que de Paco Marhuenda u otra de mente similar, que escribe las páginas de moda en 'La Razón' se atrevió el viernes a relacionar a esta activista pacífica, que muchas injusticias está evitando, con la moda y el estilo en la política.
Para este tonto y simplón seudómino, Ada Colau "no tiene estilo, ni pretende tenerlo". ¿Y por qué debería tenerlo, acaso es obligatorio?, le pregunto yo.
"El «no» a la moda es un código cargado de intencionalidad, el poder de la no imagen está también harto demostrado a lo largo de la historia tanto en movimientos obreros, como en la rebeldía juvenil", escribe entre otras tonterías, y acaba dándole una especie de consejo que suena hasta ridículo: "Siempre he apostado por cuidar la imagen incluso cuando ésta venga cargada de denuncia social" y tras el consejito de mamá carca y derechona se dedica a criticar la camisa denim que se puso de moda en los 80 y la trenka de origen militar de los 50 que Ada luce en la foto.
¿Y por escribir esas estupideces te pagan?... ¡Jolin, que suerte tienes, Loocking! Claro que en un medio como 'La Razón' como no sea escribir chorradas, fabricar portadas ridículas, esconder verdades y retorcer o manipular mentiras, poco más puedes hacer. Te entiendo. Los dictados de Génova tienen esto.
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