
Eso es lo que ha pasado en Nelson, una localidad de poco más de 1.000 habitantes al norte de Atlanta (Georgia), el consistorio votó por unanimidad una ordenanza muy clara: "cada cabeza de familia está obligado a tener, como mínimo, un arma de fuego, junto con la munición correspondiente".

Tras el tiroteo de la escuela de Newtown en diciembre pasado, que causó la muerte de 20 niños y 6 adultos, el presidente Barack Obama se ha implicado personalmente en una campaña por un mayor control de las armas que ha polarizado a numerosos ciudadanos y dado lugar a iniciativas como la de Nelson.
Va en su educación, en su forma de vida, y contra eso ni Obama ni nadie logrará nada.
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