

Y además de la obligatoriedad del uso del casco, deberían obligarles a llevar luces, a suscribir un seguro y a ¡que circulasen por sus carril bici y no por donde les sale del moño! Que estoy harta de no poder caminar tranquila sin que uno de esos ecologistas de pacotilla invadan MI acera y encima me insulten.
No sé lo que ocurre en otras ciudades de España, en Barcelona ocurre justo lo que he descrito.
Y ya puestos, si no es mucho pedir, que esos amantes de las bicicletas, del estar en forma y de la no contaminación se paguen un parking y no se tomen los rellanos de escalera o los vestíbulos como un apéndice aparca-bicis de su casa. Eso también ocurre en algunas comunidades de esta cuidad y no se gana para ascensores rayados o para "artilugios" ocupando espacios comunitarios.
ECOLOGISMO, SI; TOCAR LAS NARICES, NO.
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