lunes, 24 de marzo de 2014

LA PRENSA FUNERARIA

Lamento lo justo y necesario la muerte de Adolfo Suárez, digo lo justo ya que no tuve el gusto de conocerle y, en aquellos años, estaba volcada en mis múltiples tonterías que nada tenían que ver con la política, que no sabía ni lo que significaba. Si recuerdo a mi padre volverse de defensor de Franco a Suarista, Demócrata y Monárquico de toda la vida. Supongo que cosas de aquella sociedad ansiosa de respirar aires nuevos y asustada, sí asustada (o eso creo oía en casa) de finales de los 70.

Pero lo que he estado viendo desde el pasado viernes me ha revuelto las tripas. Parece ser que todos los que ahora le defienden y lo elevan a la categoría de 'mito' y 'mago' de la transición fueron los primeros a ponerle a caer de un burro. Ahora todos ellos, previo pago, están dando vueltas por todas las tertulias televisivas, vendiéndonos loas y tapando las marchas de la dignidad que convergieron en Madrid el pasado sábado, con el 'piloto de la transición y la democracia'. Supongo que era lo esperado pero me dan mucho asco. 

La prensa de este país, salvo escasas excepciones, da náuseas y como escribe David Torres en Público: 
"Al final Adolfo Suárez se murió con cuarenta y ocho horas de retraso. Todas las televisiones, radios y periódicos se habían hinchado a cascar las glorias del difunto con tanto entusiasmo que, si no se llega a morir, habrían tenido que ir y rematarlo. El periodismo fúnebre es un género muy agradecido, ya que el cliente no suele quejarse, a menos que el sepulturero sea Sostres, quien aprovecha para gritar al paso del muerto las cosas que no se atrevió a decirle en vida, igual que esos moros miedicas que saldan las cuentas con Bush pegándole una paliza a un monigote. 
La prensa nacional le fue calentando el ataúd a Suárez con mucho cuidado, que por algo ya se habían olido la tostada y sabían que estaban cavando su propia tumba. Es una de las últimas exclusivas que van a dar antes de certificar su propia defunción y reencarnarse en el Nodo, el Marca o El Alcázar."

Ahora cambiarán, o eso acabo de oír, el nombre del aeropuerto de Barajas por el de Adolfo Suárez, ya le han concedido la Medalla de Carlos III, IV o V y seguirán vendiéndonos burras y recortándonos hasta el aire. 
Con la muerte de Suárez, los tertulianos han recibido una doble paga extra y el gobierno una semana de despiste y papelón; pero todo pasa, esto también pasará y volveremos a nuestro negro día a día y al ilustre cretino Mariano Rajoy.

Nota: Por lo que he visto y vivido en los últimos años, desde que supe lo que significa "política", si debo reconocer que Adolfo Suárez estaba a años luz de todos los políticos actuales. EPD.

1 comentario:

Zote dijo...

Siempre he sentido mucho respeto por lo que hizo Suarez pero estoy harto de tanto jabón y tanto tertuliano mintiendo o hablando de algo que, por edad, desconocen.
¡Llevan tres días de machaque, esto no hay quien lo aguante!